jueves, 7 de mayo de 2009

La invensión del alfabeto

El alfabeto fenicio supone, ante todo, una adaptación del ugarítico al procedimiento egipcio de escritura (tinta sobre soporte flexible, como papiro o piel). Esta fundamentación del signario en la representación de las consonantes posibilitó la democratización de la escritura, al reducir a una treintena la cantidad de signos precisa para poder escribir cualquier cosa. La adición de vocales por los griegos completó tan largo proceso, al que no es ajeno el ojo humano: éste no lee en un "continuum" perfecto, sino a pequeños saltos, abarcando porciones completas y discontínuas de texto.
El llamado alfabeto fenicio -que tiene su origen en el de Ugarit- invirtió el sentido usual de la escritura, procediendo de derecha a izquierda. Este modo de escribir pasó a las escrituras árabe y hebrea, que lo mantienen.
La más antigua escritura fenicia fue la cuneiforme, adoptada como consecuencia del predominio que Babilonia ejerció desde fines del milenio -III sobre toda la región de Siria. Luego, cuando los faraones tebanos extendieron su dominación hasta el Éufrates, los fenicios sustituyeron las tabletas de arcilla por el papiro, y adoptaron la escritura egipcia. Pero su espíritu práctico los impulsé a simplificar los caracteres jeroglíficos y a reducir su número.
Los numerosos signos egipcios, de valor silábico, fueron reemplazados por 22 letras que representaron sonidos elementales de la voz humana, con cuya combinación podía escribirse cualquier palabra. Éste fue el primer alfabeto, cuyo uso se generalizó en Fenicia durante la época de la supremacía de Tiro (probablemente hacia el 1000 a. C.). Sus ventajas fueron inmensas, pues gracias a él se popularizó la escritura, que pudo aprenderse con facilidad y utilizarse con rapidez.
El alfabeto fenicio fue asirhilado y mejorado luego por los griegos. Transmitido por éstos a los pueblos occidentales, todavía se utiliza, con pequeñas modificaciones. Para facilitar la enseñanza de las 22 letras que componían el alfabeto, los fenicios las agruparon en un orden invariable y le dieron a cada una un nombre. A la primera (A) la llamaron Aleph (Buey), porque esta palabra comenzaba con la letra A. A la segunda (B) la llamaron Beth (casa), porque en esta palabra la letra B figuraba como inicial, y así sucesivamente. De aleph y beth derivan los nombres de las primeras letras, griegas de las que derivó la palabra alfabeto.

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